El mar
Video, duración: 00:01:38
Video y estuche con audífonos
2008
Algunos dicen que los caracoles de mar guardan en su memoria el sonido de las olas que los vieron nacer, dando cuenta de aquella creencia que dice que es posible escuchar el mar cuando se está a kilómetros de distancia con sólo tener un caracol y ponerlo cerca del oído.
Los caracoles de mar permiten la creación de un paisaje virtual, entendiendo lo «virtual» no como algo relacionado estrictamente con los medios tecnológicos, sino como una experiencia mental. Nuestra mente, estimulada por un mínimo de sensaciones y emociones, ya sea a través de una imagen, un olor o un sonido, desafía las fronteras espaciales y temporales, transita entre el pasado y los recuerdos, mezcla imágenes y situaciones, y se desplaza por paisajes virtuales tan vívidos que nos llenan por completo.
El caracol, cuando está habitado, deambula con su casa a cuestas, quizás porque habita un territorio tan vasto que no tiene necesidad de establecerse en un lugar fijo. Más tarde, el caparazón por sí solo, con el sonido que resuena en su interior, tiene el poder de evocar un paisaje que, al igual que el propio contenedor, se vuelve errático.
Cámara: Dixon Quitian